Aclaremos un par de cosas: la sidra no solo se bebe en Navidad, no necesariamente es una bebida muy dulce y tampoco “debe” estar hecha de manzana. Esta bebida color ambarino, se obtiene fermentando el jugo de manzana, aunque también se pueden utilizar peras. Amy Stewart la describe como “una bebida tan seca y burbujeante como la champagne, pero tan fría y refrescante como una cerveza”, en The Drunken Botanist, y yo estoy de acuerdo.
Esta bebida tiene una gran tradición. Los griegos y los romanos dominaron el arte de elaborarla, pero cuando los romanos invadieron Inglaterra alrededor del año 55 A. C. se encontraron con la sorpresa de que los locales ¡ya bebían sidra!
Para ese entonces los árboles de manzanas originarios de Kazajistán ya habían pisado tierra firme en Europa y Asia. Sin embargo, fue en España, Francia y el sur de Inglaterra que la técnica de la fermentación de la fruta —y más adelante la destilación— se perfeccionó.
La sidra no es una bebida tan dulce y alcohólica en sí misma porque las manzanas y peras son frutas con bajo índice de azúcares. En México acostumbramos tomas sidra para brindar en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. En Puebla, Tlaxcala y Veracruz varias casas fabrican la sidra de manzana de forma artesanal, aunque esta vez platicamos con Posdata, una sidra artesanal nacida en Guadalajara.
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La historia de Posdata
En 2015 surgió la idea de Posdata, aunque no fue sino hasta 2019 que vio la luz. El fundador Daniel Gómez Álvarez nos cuenta que su interés por lanzar el proyecto surgió precisamente porque fuera de la temporalidad navideña, esta bebida no es de consumo popular.
“Lo que queríamos hacer era sacar una sidra natural porque lo que tenemos en México son ‘bebidas tipo sidra’, que están hechas con jugo de manzana que no siempre es natural, utilizan saborizantes, colorantes o muchos azúcares que las hacen sumamente empalagosas”. Una de sus principales motivaciones es que la gente pueda tomar y encontrar sidra todo el año a un clic de distancia y sin tratarse de un día especial, sino que su consumo se vuelva popular para la vida cotidiana, para revalorizarla y que tenga el lugar que se merece.
El proceso de elaboración de esta sidra artesanal es de alrededor de 45 días, primero se seleccionan las manzanas, se lavan y se machacan. Después de hacerlas pedazos, las manzanas se colocan en una prensa para sacar el mosto, luego se decanta para separar los sólidos de los líquidos, y de ahí se pasa al proceso de fermentación, donde se analizan taninos, pH y dulzor y se le añaden levaduras que se dejan reposando en contenedores de acero inoxidable. Por último se envasan, se sellan y empaquetan.
El jugo de manzana que utilizan es 100% orgánico, libre de pesticidas y químicos, proviene principalmente de variedades de manzana Golden y Red Delicious, amarilla y roja, respectivamente. En cuanto a los azúcares, en Posdata utilizan solo 1 gramo de azúcar añadido, y de hecho están involucrados para que legalmente se permita un máximo de 5 gramos dentro de la propia categoría en México.
Una característica notable de esta sidra es su grado de carbonatación, es bastante espumosa “por un tema de conservación de aromas”, revela Daniel. La presentación de su botella es ámbar, parecida a la de algunas cervezas, con el fin de protegerla de la luz y evitar que las levaduras inicien un nuevo proceso. Estas sidras están pensadas para beberse bien frías, entre los 10 y 12 meses después de su elaboración, no son para guardarse o añejarse, sino para disfrutarse pronto, sin complicaciones.